Paz
Yo sé que a individuos y organizaciones como las FARC o AUC no se les puede pedir mucho. Jugar al diálogo o a la paz con ellos, entonces, debe partir del supuesto de que de lo que se trata es de una negociación con delincuentes o gentes que no tienen el menor remordimiento por todo el dolor que han causado y sobre todo, todas las vergüenzas profundas que han nacido. Pero me encantaría que en adelante toda mesa de diálogos de paz tuviese como compromiso explícito colectivo, blindar el futuro de manipulaciones armadas, a través de un conjunto de condiciones y de aprendizajes históricos, en especial repulsas oportunas, que nos hiciesen sentir que vamos mejorando como nación y como especie.
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