¡Iuuujuuuuu estamos cayendo!
Hago un clavado directo al libre albedrío
Yo elijo caer, no caigo porque quiero, pero quiero caer.
Siento el aire, su resistencia esperable sobre mi pecho, y sonrío.
¡He allí la dimensión que faltaba! La dimensión en la que caemos, durante décadas, sólo intuyendo la caída, leyendo sus rastros.
Después, me sumerjo en la transparencia, la levedad, la increíble sutileza del viento
y elijo jugar con él.
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