¿Qué quieres hacer?

Decidí cortar aquel hilo hermoso, frágil y vital, para poder moverme, para poder caer; aquel suspenso dolía como la circulación obstruída. Nada más natural que caer cuando flotabas como una bola de cañón dice una canción. Decidí correr hacia la colisión y liberar todo el peso acumulado en una caída libre, franca y declarada. Va a doler cuando alcance el suelo, ya está doliendo, pero prefiero que duela antes que doblarme sobre el sofá a esperar un golpe que no impacta pero se difunde en mi estómago y me atraviesa como una incertidumbre estéril.

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