Lara Bonilla

Los recuerdos más lejanos que tengo relacionados con quien fuera ministro de Justicia de Belisario Betancourt consisten todos en cosas que he escuchado de otras personas, vecinos de infancia y periodistas, a propósito de su muerte a manos de los sicarios de Pablo Escobar.

En los últimos años, lo que se me viene a la cabeza cada vez que lo recuerdo, quiero decir, vuelvo a ver sus imágenes televisivas periódicamente presentes en las pantallas colombianas, es preguntar:

¿Por qué al asesinado ex-ministro Lara Bonilla le bastó declararle la guerra al narcotráfico para darle golpes contundentes focalizados? ¿Qué de lo que él hizo en poco tiempo se podría hacer hoy si además de discursos se tuvieran realmente las ganas de desterrar el tráfico de drogas en Colombia? Con hipocresía hoy se dice de él, al igual que de Galán que "se hicieron matar", como diciendo "él se lo buscó". Mi pregunta es ¿Cómo se lo buscó? ¿Lo que hizo él como individuo, por qué no lo han podido hacer las instituciones? ¿Estoy equivocado y simplemente estoy cometiendo el error de comparar el nivel de aceptación que tenía el narcotráfico en la década de los ochenta con el repudio que hoy despierta, en los años post-pablo-escobar y de hastío hacia la para-narco-guerrilla?

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