Yolanda Izquierdo
Las alarmas están encendidas y el país espera a que se terminen de desarrollar los acontecimientos. Las instituciones reaccionan ante algunos asesinatos especialmente bajos, mezquinos y débiles, que infunden tristeza y motivan la toma de medidas cautelares efectivas de seguridad. El planeta y la ciudad persisten en sus respectivas fiebres mientras yo sigo apestado de gripa. La desmesura en el "debate" político no soportó una mayor duración. En el fondo la inteligencia no deja de operar y los protagonistas de la escena pública terminan por recibir sus merecidos respectivos jalones de oreja desde la opinión masiva por esta vez razonable.
Comentarios