hablan las aguas frescas, con acento a costa
Agua Fresca. No pretendo ser frío ni caliente y si me quieres vomitar de tu boca, eeche, el problema ej tuyo. Soy agua fresca, y a los que tienen buen gusto les tiendo a encantar; es más, soy una de esas razones por las cuales muchos seres espiritualmente despistados sienten la necesidad casi incontenible de alzar los ojos hacia el cielo con la intención de darte gracias. Y para completar: No la emprendas contra mis primos los tibios... los tibios, como todo lo tibio, abrigan.
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