Libertad

Libertad es el intento de encauzar tus determinaciones en la dirección que quieres. No es la ausencia de determinaciones. Darle a tu instinto la dirección y el objeto de tu preferencia. En ese sentido (y solo en ese) tu instinto es como un carro: En él vas montado, es él quien te protege, te cuida, incluso mientras duermes. Tu instinto es tu fuerza, pero lo debes manejar con mucho cuidado. Tienes el deber de plantearle oposición, planteártelo como tensión y cuestionarte en cada caso en el marco que tal tensión ofrece.

No hablo del inconsciente, puesto que me parece que remite más directamente a la dualidad consciente-inconsciente. Las dualidades, para mi, son solo herramientas de comprensión. La dualidad consciente-inconsciente, por tanto, es una entre muchas, y como todas, es una versión simplificada para referencia y orientación. El problema de las simplificaciones es que la mayoría de las veces olvidan que lo son, y el resultado es un ser humano disminuído, encerrado en jaulas tan pequeñas y restrictivas que lo obligan a vivir encojido y flexionado, en una incomodidad casi física. No obstante, las dualidades tienen algo bueno, conveniente, y por eso persisten, aguardando, en nuestra gran caja de herramientas conceptuales: su utilidad. Las dualidades formulan de manera apropiada y útil las tensiones que debemos plantearnos con claridad para poder introducirnos y aprender a vivir, en ellas (las tensiones). Hay que aprender a vivir en medio de tensiones irresolubles que en cada caso, en cada problema que decidimos, adquieren una forma puntual, la forma que nos dan y que nos vamos dando. Hay que aprender a resolver problemas, uno cada vez, en medio de restricciones que nos obligan a ser solución única y a ir formando una especie de trayectoria vital con un mínimo de continuidad y consistencia. Pero, al menos como posibilidad, admitimos soluciones infinitas, si cedemos ante y usamos, el paralelo matemático. No cederé, en cambio, ante la tentación, racional y razonable de querer resolver todos los problemas en un único intento, de una vez para siempre.

Tensión naturaleza-sociedad.
Tensión individuo-colectivo.
Tensión teoría-práctica.

Tensiones que, bien planteadas, son fructíferas.
(Si se quiere, hágase crecer el listado).

No se trata de un llamado hacia puntos medios, sino al deber de tomarse el trabajo de plantear cada problema de manera completa: ver las tensiones que en él se hacen presentes y lo soportan, casi estructuralmente, y no ceder ante la facilidad de consultar con aire sumiso catálogos prediseñados.

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