Límite de resistencia
De vez en cuando es formativo llegar al punto en el que se está lo suficientemente agotado físicamente para sentirse uno mismo una especie de pequeño héroe anónimo, que lleva a sus espaldas la gran responsabilidad de forjar metas poco a poco, pero lo suficientemente fuerte y mentalmente lúcido para poder seguir escuchando el cantar que todo lo llena de ese delicioso aroma a flores sonrientes y sensaciones acariciantes. Ese punto en el que francamente el cuerpo adolece de cansancio, pero lo que sea que le queramos oponer y como lo queramos llamar, aquello que surge de negar el concepto cuerpo, sigue más despierto que nunca y está lleno de fuerzas para hacer y deshacer, seguir incluso, reinventándose momento a momento en el lenguaje.
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