Introspección
Mi fantasma es el peor ser humano posible, ese ser que se obtiene de sumar nuestros peores titulares de prensa diarios, la yuxtaposición de todas nuestras masacres, de todas nuestras derrotas morales, el cúmulo de nuestro más doloroso cinismo y la personificación de toda nuestra mezquindad pequeña, estéril, efímera y cotidiana de siempre.
Soy una rebelión contra ese fantasma promedio e inexistente. Me mantiene cohesionado cierta vocación de contrastar, cierta pasión por demostrar combativamente con mi vida las fórmulas que he escogido para mi país.
Pero el alma se me ha ido secando y necesito beber nuevas fuentes de la bondad que alguna vez me inocularon, para respirar hondo, porque no se puede sonreír con las mandíbulas atenazadas.
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