Polvo arde
El tiempo es el fuego que consume nuestras oraciones en hilos que se elevan suavemente, sin prisa y sin pausa hacia el creador, y dora la piel de los abuelos como a pétalos que persisten orgullosos, crepitantes, sin quebrarse, sobre superficies trémulas, de color condensado, que recuerda bajo el polvo.
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