ad hominem

Al parecer se han aprendido muy bien las lecciones del señor Goebbels, el ministro de propaganda de Adolf Hitler. A diario me encuentro una y otra vez con el uso de instrumentos efectivos a la hora de ganar debates. Uno de esos instrumentos es el ataque a quien dice alguna cosa, con el fin de desacreditar lo que dice, por la vía de la desacreditación de su fuente. Por ejemplo, ahora resulta que la iglesia no puede defender su posición frente al aborto porque muchos de sus integrantes son unos homosexuales, pedófilos, amantes del dinero y lo que sea. La larga lista de acusaciones a la iglesia puede o no describir lo que su labor significa en cada caso, pero ¿eso qué tiene que ver con si abortar es matar o no? ¿o si ese tipo de asesinato es justificable o no? como yo lo veo, nada.

Callar al enemigo tratando de avergonzarlo es jugar sucio, una estrategia que puede ser efectiva para "ganar" una discusión pero para nada realmente importante. Ganar una discusión, eliminar al enemigo, fines mezquinos y pobres.

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