Olvidar
Solo quiero hacer una observación: Hay quienes piensan que la felicidad implica una dosis importante de amnesia. Desde niño recuerdo que me aterraba la posibilidad de que la gente olvidara cosas, que pareciera que en ocasiones fuera posible que acciones concretas, importantes, no dejaran rastro en las personas. Hoy yo mismo me defino como una persona de muy mala memoria, y me jacto de ello, en parte porque es una opinión de época. ¿O quién pasó por el colegio sin escuchar argumentos en contra de estudiar "al pie de la letra" o de la falta de análisis y comprensión? No obstante, nunca me ha dejado de parecer que los desmemoriados somos más tontos por ello, pero que al olvidar estamos ejerciendo un derecho.
Hay quienes defienden una idea en principio curiosa: la de que la verdadera habilidad no está en recordar sino en olvidar. Desde un punto de vista sicológico tiene sentido, puesto que vive más placenteramente quien evita ser tocado por la vida y las personas, tanto para goce como para daño. Se trata más o menos del mismo principio de la búsqueda de la imperturbabilidad para evitar el sufrimiento. "Superar" algo es recordarlo sin que ello implique una perturbación, una desestabilización emocional. Así mismo, hay muchas "patologías" mentales que impiden que las personas asuman lo nuevo y salgan de ciclos infructuosos de pensamientos o asociaciones. Creo que en parte eso significa el término, al parecer a veces demasiado general y ambiguo de "fijación".
En una forma de vida humana amnésica y feliz, se percibe algo de lo que imaginamos en los animales: inocencia, tiempo presente constante, jovialidad. Tenemos derecho a vivir ese tipo de estados, tenemos muchos otros derechos, entre ellos el de ser felices, aunque sea en instantes, o a lo largo de las jornadas, pero es más interesante cuando nos empeñamos, cuando persistimos, cuando no olvidamos y no pasamos a otra cosa hasta conseguir lo que deseamos, siempre y cuando el deseo valga la pena y se desee de una manera no infantil: si porque si o no porque no.
Hay quienes defienden una idea en principio curiosa: la de que la verdadera habilidad no está en recordar sino en olvidar. Desde un punto de vista sicológico tiene sentido, puesto que vive más placenteramente quien evita ser tocado por la vida y las personas, tanto para goce como para daño. Se trata más o menos del mismo principio de la búsqueda de la imperturbabilidad para evitar el sufrimiento. "Superar" algo es recordarlo sin que ello implique una perturbación, una desestabilización emocional. Así mismo, hay muchas "patologías" mentales que impiden que las personas asuman lo nuevo y salgan de ciclos infructuosos de pensamientos o asociaciones. Creo que en parte eso significa el término, al parecer a veces demasiado general y ambiguo de "fijación".
En una forma de vida humana amnésica y feliz, se percibe algo de lo que imaginamos en los animales: inocencia, tiempo presente constante, jovialidad. Tenemos derecho a vivir ese tipo de estados, tenemos muchos otros derechos, entre ellos el de ser felices, aunque sea en instantes, o a lo largo de las jornadas, pero es más interesante cuando nos empeñamos, cuando persistimos, cuando no olvidamos y no pasamos a otra cosa hasta conseguir lo que deseamos, siempre y cuando el deseo valga la pena y se desee de una manera no infantil: si porque si o no porque no.
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